Que Tu luz se experimente en mi santísimo lugar.
Con estas palabras estamos rogando a nuestro Creador que su luz entre en nosotros. El Espíritu Santo es Su Luz, entonces podríamos llegar a la conclusion que estamos invocando a el Espíritu Santo.
¿Para qué? Para purificarnos, guiarnos, iluminarnos, poder resistir las tentaciones, superar dificultades, soportar el dolor, aumentar nuestra paz, fe y capacidad de amar, y para que la luz en sí sea útil; y ayudarnos a vivir en armonía con nosotros mismos, con nuestros hermanos, y con nuestro entorno.
Al iluminar nuestros cuerpos, hogares y caminos podemos ser parte de la creación al co-crear con nuestro Creador y poder compartir espacios llenos de Su luz con nuestros hermanos que así lo deseen y con otros hermanos que también lo desean pero no saben cómo crearlos.
Repite varias veces durante el día Netkadash Shmaagh, Que Tu luz se experimente en mi santísimo lugar, y visualiza un rayo blanco emanado del Creador entrando en ti y llenando completamente todo tu cuerpo y tu espacio, que veas cómo ilumina tu camino, como si un faro lo iluminara, y siente su gran amor.
Disfruta de la Paz que te generará esta meditación.
Copyright © 2022 Padre Nuestro en Arameo - Todos los derechos reservados.
Utilizamos cookies para analizar el tráfico del sitio web y optimizar su experiencia en el sitio web. Al aceptar nuestro uso de cookies, sus datos se agregarán con todos los demás datos del usuario.